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IRIS ha sido un ingrediente clave en la cocina ecuatoriana durante más de ocho décadas.
En 1940 Eduardo Mosler Franowsky y su compañero Juan Wosadka fundaron la empresa de almidón de maíz IRIS. Eduardo, de ascendencia alemana y polaca, emigró de Europa tras la Primera Guerra Mundial. Llegó a Sudamérica a través de Argentina, para luego descubrir Ecuador, un lugar lleno de oportunidades, con mucho potencial para explotar.
Maicena Iris se hizo famosa en poco tiempo, convirtiéndose en el ingrediente fundamental de las mejores recetas de nuestro país.
Para 1947 la fábrica seguía expandiéndose sin parar, pero una desgracia la alcanzó: el lugar fue asolado por un incendio, que acabó con todo. Eduardo Mosler Franowsky se quedó entonces con los escombros, cenizas y grandes deudas, pero también con una voluntad de hierro y su sueño intacto.
Gracias al apoyo de Guillermo Sinack y Jorge Ell, quienes se encargaron de proporcionar el capital necesario, Fábrica de Maicena Iris logró reiniciar sus operaciones de producción de almidón; convirtiéndose de esta manera en el primer fabricante de almidón de arroz del país. El almidón es un ingrediente esencial para elaborar los mejores postres.
En 1981 murió el fundador de la empresa, pero sus hijos Eduardo y Paula Mosler Wagner tomaron el cargo. Cuatro años más tarde, Eduardo decidió vender sus acciones a su hermana para explorar nuevos retos.
En 1986 Maicena Iris comenzó a promocionar su marca con campañas publicitarias a través de los lemas «Da vida a tu comida,» «Iris pone corazón…» y «Tradición de pureza IRIS». En 1995, Valeria Calle Mosler, hija de Paula Mosler, se unió a la empresa y desde 2010 es la encargada de dirigir la compañía.
Esta es una empresa con valor agregado y responsabilidad social
Desde su apertura, en 1940, Maicena Iris enfrentó muchos hechos históricos del país, además de un incendio a los cinco años de su fundación. La empresa ha logrado demostrar que con las dosis precisas de innovación y respeto por la tradición, se puede llegar lejos.
La consigna de esta empresa ha sido transmitir la importancia de la familia, sin descuidar la producción, las buenas prácticas de manufactura, el desarrollo de nuevos productos y la incursión en la exportación para el crecimiento sostenido. Valeria Calle, nieta del fundador principal, Eduardo Mosler, cuenta que Maicena Iris empezó elaborando almidón de arroz; diversificando su producción a almidón de maíz o maicena, coladas (Tapioquita, Colada Morada y maicenas saborizadas) y premezclas para pristiños, empanadas y otros productos.
Esta diversificación es posible gracias al laboratorio donde se lleva a cabo un estricto control de calidad y se crean constantemente productos nutritivos. Además, como parte de su responsabilidad de marca mantiene en su nómina de trabajadores a personas jubiladas -o cercanas a jubilarse- y a descendientes de los primeros colaboradores.